Bolivar, el libertador

Pocos artistas electrónicos, en España o en el extranjero, han conseguido crearse una imagen de elegancia y buen gusto como Pablo Bolívar. Buena parte de esa aura de artista tocado por la gracia se debe a su magnífico álbum “Anjanas” (Regular, 2006), unánimemente considerado por la prensa especializada como un disco más propio de un músico maduro, reflexivo, que de un productor novel: parece que de sus surcos emanan los brumosos aires de su Santander natal. Pero ya no nos podemos quedar sólo con eso. Hay que repasar también las huellas dejadas por Bolívar en Minuendo, Software, Bay Street, Pulsewith, Galaktika, Dpress, Justified Cause, Miga, MIS, Absurd… (prácticamente el catálogo entero de sellos españoles de música de baile, más alguno de fuera).

Pablo Bolívar tiene estilazo y versatilidad. Tan pronto te hace un tema neblinoso y mórbido, con un profundo latido dub, como te levanta una fiesta a golpe de escarpa y martillo, algo que han podido comprobar recientemente en Chile y Brasil, de dónde el músico de Regular acaba de volver prácticamente a hombros, como si fuera un nuevo libertador.